La vida es ahora, nosotros te decimos cómo creer en ti.
“Nadie es tan viejo como quien ha sobrevivido al entusiasmo”, Henry David Thoreau.
Es a los 60 años cuando el ser humano se siente más conforme y a gusto consigo mismo, es a esa edad cuando las personas se atreven a romper los límites, salir de su zona de confort y comenzar a vivir.
La buena noticias es que no necesitas esperar tanto, comienza a vivir en este preciso momento.
“Las personas mayores son más capaces que los jóvenes de verle el lado positivo a las situaciones adversas y de empatizar con los demás”, reveló una serie de estudios realizados por un equipo de psicólogos de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos).
Dichos estudios no sólo revelaron lo obvio y esperable respecto al deterioro de las funciones físicas y cognitivas en la población de edad mayor. Sino que se descubrió, que los adultos mayores son muchísimo más sanos mentalmente, lo que se evidenciaba en una mejora lineal a lo largo de la vida. En otras palabras:
“Entre más viejos somos, mejor nos sentimos con nosotros mismos”, según publicó el estudio Paradoxical Trend for Improvement in Mental Health With Aging.
Pero, ¿por qué los adultos mayores se sienten mejor emocionalmente que los millennials?¿cómo es posible que se sientan más plenos?, ¿cómo lo hacen?
Las experiencias nos vuelven más humildes
La “paradoja del envejecimiento” indica que entre más años tenemos, más felices somos, al contrario de lo que muchos creen. Y es que la clave es la salud mental, lo dicen estudios realizados en la Universidad de California, el santo grial del envejecimiento es la salud mental.
Resulta bastante lógico, pues más allá de las enfermedades, de la soledad, de la pobreza o de los achaques físicos de cualquier tipo, si alguien se mantiene en una actitud positiva, posiblemente vivirá una vida más plena y feliz; es por lo que los mayores son más sabios, más seguros y felices. Con la edad las personas comienzan a sentirse más cómodas en su propia piel, más seguras de sí mismas y, en resumen, más tranquilas. ¿Resultado? Una salud mental de hierro, mejor que en cualquier otra etapa de la vida.
La imagen que tenemos sobre la vejez, representada como un anciano impedido físicamente, con deterioro cognitivo, solo y triste, realmente está muy equivocada.
Incluso, hay quien opina que si los mayores se muestran más felices que los jóvenes son porque se conforman con menos, porque viven resignados al irremediable paso de los años.
Idea que es incorrecta. Son los mayores quienes poseen ciertos rasgos que los jóvenes deberíamos comenzar a practicar.
Menos preocupaciones: no tienen tantas incógnitas por resolver; su vida presenta menos incertidumbres si tienen resueltas las necesidades básicas a nivel económico y afectivo.
Mayor disfrute: su vida ya no se plantea en términos de lucha y conquista. La experiencia permite ver venir muchos problemas y esquivarlos. Resulta más fácil elegir y apostar por las cosas que los hacen disfrutar.
Más equilibrio: se conocen más y se dejan impactar menos por el entorno o el ambiente. Son menos permeables a las críticas, las vanidades o las alabanzas. Cuando dejamos de estar en un estado de alerta todo el tiempo, nuestro cuerpo logra tener una mayor claridad, resolver problemas de forma más rápido y encontrar un equilibrio en nuestra vida.
Mayor adaptación: relativizan los problemas y han aprendido a controlar mejor el dolor o la frustración.
Más sabiduría: el material acumulado a lo largo de los años es una fuente inagotable de recursos para encarar y resolver problemas del presente.
Más selectivos: la experiencia hace que resulte más fácil distinguir lo realmente importante de lo inmediato y, así decidir qué aspectos son verdaderamente cruciales.
No esperes tanto, adopta estos 7 elementos de sabiduría
“La única fuente del conocimiento es la experiencia”, Albert Einstein.
Otros puntos claves que las personas mayores hacen son tener una vida social activa, viajar, leer, participar en actividades divertidas y que al mismo tiempo tienen un propósito mayor. Esto hace que sumen más puntos a su felicidad.
Pero, existen 7 elementos de la sabiduría que permiten que los viejos tengan una mejor salud mental y se sientan más cómodos consigo mismos. Te los presentamos para que los tomes y los practiques.
1. No guardarle rencor a nadie y tampoco a uno mismo. Aprender a perdonar y a perdonarse nos ayudará a tener menos demonios mentales (¡y a dormir mucho mejor!).
2. Abrazar lo que eres, con todos tus defectos. Eso también se extiende a nuestras incapacidades físicas o cognitivas. El aceptarnos es una parte esencial hacia el amor propio, y nos dará la capacidad de vernos como seres únicos e irrepetibles, que tiene mucho que aportar al mundo.
3. Vocalizar tus imperfecciones sin vergüenza. Si somos capaces de hablar sobre nuestros defectos, los tendremos mucho más controlados.
4. La práctica consciente de regulación de nuestras emociones. Estar atentos a nuestras emociones, observarlas y, al igual que en el punto anterior, controlarlas. La meditación es una herramienta que te ayuda a volverte el observador de todo lo que pasa en tu mundo interior y así poder responder de una mejor manera al mundo exterior.
5. Mantenerse ecuánime. No ser fanático ni extremista con nada, guardar las proporciones en todo.
6. Pedir disculpas. Al disculparnos frente a un error, volvemos a cero en la relación con el otro, sin remordimientos ni rencores de por medio.
7. Seguir adelante: dejar de lado las emociones negativas y los remordimientos. Mantenernos claros de nuestro propósito y saber que lo que hemos hecho hasta este momento ha sido perfecto.
Crea tu propio proyecto de vida y vive la vida que quieres.
“Para tener éxito, la planificación sola es insuficiente. Uno debe improvisar también”, Isaac Asimov
Pura Díaz Veiga, psicóloga y vocal de Ciencias Sociales de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEEG), coincide en que la experiencia se nota mucho en las emociones y las reacciones: “Con la edad acumulas experiencia y trayectoria, sabes mejor cómo eres, cómo funciona tu cuerpo y cómo funcionas tú emocionalmente; tienes más destreza para encajar las situaciones negativas y las afrontas aceptándose, no enfrentándose de forma directa y tratando de resolverlas”.
Hay quien califica como conformismo o resignación esta capacidad de adaptación de los mayores. Pero los expertos aseguran que el conformismo de las personas mayores no es algo negativo, si no que tiene que ver con que son más selectivas. “Durante una parte de la vida no sabemos diferenciar lo que es importante de lo que no y peleamos todas las batallas, entre otras cosas porque tenemos una imagen de nosotros mismos como invulnerables; pero con la edad, uno tiene más claro que el tiempo es limitado y los recursos también, y escoge los aspectos de la vida que considera cruciales pelear y deja de lado el resto de las batallas”, explicó la psicóloga.
Una práctica que puedes seguir, es preguntarte constantemente, si lo que estás haciendo en este momento, es realmente importante, es esencial para tu crecimiento y para lograr tu metas y acercarte a tu visión. En caso que no sea el caso, revisa que actividades si te acercarán y elige todos los días como quieres vivir tu vida. Otra manera más estoica, es reflexionar sobre la muerte todos los días, esto nos hace actuar de una forma más presente, siendo más selectivos al asignar nuestro tiempo y energía a ciertas actividades o tareas.
Claro que, aunque la experiencia ayuda a frustrarse menos, a apreciar lo que se tiene y a disfrutar de los pequeños detalles que producen bienestar, también hay quien empieza a presentar problemas de salud con la edad.
Tenemos que aprender de las personas mayores a tener menos estrés, a mostrarnos más satisfechos con la vida, expresar menos irritación, ira, depresión o tristeza como resultado del estrés y de los pensamientos negativos.
Algunos expertos subrayan que, para que sea así, es fundamental tener un proyecto vida, se tenga la edad que se tenga.
Nuestros planes se ven influenciados por nuestro “yo ideal” y por la historia, la sociedad, la, familia y la cultura. Pensamos en cómo queremos vernos, qué tipo de vestimenta nos gustaría usar o el cuerpo que queremos tener.
Un proyecto de vida, reúne todo eso, es un conjunto de sueños, gustos, expectativas y objetivos, influenciados por nuestras creencias, miedos y experiencias previas. Es algo muy personal y nuestra niñez y adolescencia influyen en él.
Puede que resulte paradójico, pero muchas veces creemos tener muy claras todas nuestras opiniones acerca de todo tipo de temas, pero no tenemos ni idea acerca de lo que haremos con nuestras propias vidas.
Justamente por eso, desarrollar y aplicar un plan de vida es interesante: nos permite encontrar un proyecto con el que casi siempre nos podemos identificar a pesar de que todo a nuestro alrededor va cambiando con el tiempo.
Por supuesto, a veces aparecen momentos de crisis en los que un plan de vida deja de tener sentido. Pero estos periodos de incertidumbre no tienen por qué invalidar la idea en sí de tener objetivos y estrategias para acercarnos a ellos; simplemente nos exige crear un nuevo plan de vida. De esto se deriva también que cualquier momento es bueno para empezar uno de ellos, independientemente de la edad que uno tenga.
Primer paso. Analiza tus expectativas de vida, hay que pararse a pensar en cuál creemos que puede ser un margen de cambio realista acerca de nuestras condiciones de vida.
Segundo paso. Determina tus valores; ningún plan de vida prosperará si va en contra de nuestros valores. Por eso, hay que tener claro cuáles son aquellos a los que les concedemos una mayor importancia
Tercer paso. Determina tus necesidades
Piensa en aquello que más te llena, pero no seleccionando simplemente tus deseos del momento, sino aquellos objetivos generales que crees que pueden abarcar tus grandes proyectos vitales. Realiza un listado de necesidades y ordénalas priorizando las que sean más relevantes para ti. Quédate con un máximo de tres de ellas, dado que si tratas de aspirar a varias, posiblemente no puedas involucrarte demasiado en todas ellas.
Cuarto paso. Transforma tus necesidades y valores en cadenas de acción
A partir de tus objetivos y valores, desarrolla una serie de cadenas de acciones que te lleven de la situación presente a tus metas. Es decir, ve de lo abstracto de tus objetivos y valores a lo concreto y las estrategias. Una buena manera de hacerlo es pasar por varias capas de abstracción, generando objetivos generales y luego construyendo sub-objetivos a partir de ello.
Quinto paso. Reflexiona sobre el rol que jugarán otras personas en tu vida.
Sería un error realizar un plan de vida sin tener en cuenta al resto de las personas que nos rodean y que nos rodearán en un futuro. ¿Quieres alejarte de ciertas influencias negativas? ¿Te gustaría pasar más tiempo con aquellos a quienes quieres y aprecias? ¿Cómo combinar eso con tus objetivos?
Sexto paso. Aplica tu plan de vida y evalualo.
No es suficiente con llevar a cabo las acciones necesarias para ir desarrollando el plan de vida. También hay que seguir controlando que esos objetivos a los que aspiramos tengan un sentido para nosotros. El simple paso del tiempo y nuestro propio proceso de maduración y aprendizaje hace que estas necesidades puedan cambiar de manera espontánea, y por eso necesitamos estar alerta para no continuar ciegamente con esos planes.
Díaz Veiga menciona : “Las personas positivas crean estrategias para continuar haciendo lo que les gusta en la vida; se ha visto con personas que disfrutan leyendo y que, al perder la vista, buscan alternativas para seguir haciéndolo”.
Es momento de practicar en tu actitud positiva
Te retamos a que identifiques estos elementos en ti, a crear un diario emocional, digital o impreso.
Comprométete todos los días, durante un mes, al llegar la noche a escribir las emociones que experimentas; utiliza el papel para desahogarte, o simplemente para dibujar una carita feliz, triste, enojada, sonriente y dejar claro en el diario cómo te sentiste ese día. No importa cómo lo hagas, lo importante es hacerlo.
Al mes, dedica un par de horas a ver tus notas, tus días malos, buenos. Haz un balance de ellos, evalúa porque te sentiste así; no significa que tu sentir es erróneo, pero sí puedes aprender a abordarlos desde otra perspectiva, el ejercicio te ayudará a identificar y manejar correctamente tus emociones; evitar el estrés y diseñar estrategias que ayuden a esquivar situaciones que te hagan sentir triste o estresado, además de conocerte para aceptar mejor los comentarios críticos y enfocarse más en lo positivo.
Conoce tu mundo interior, conectate contigo mismo, visualizate, ¿cómo te ves a los 60?, de verdad quieres esperar a llegar a esa edad, debes aplicarlo ahora.
Conectate con tu ser interno y accede a la sabiduría
“Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre”, Gandhi.
Siempre nos han enseñado a buscar respuestas en el exterior. Ha pensar que algo externo nos ayudará a avanzar y a salir de eso que nos incomoda, y por tanto erróneamente buscamos la felicidad en las circunstancias externas buscando nuestro poder fuera.
Inconscientemente damos la espalda a nuestro poder interior, a la capacidad universal que tenemos para sentirnos bien y vivir. Estamos demasiado ocupados con nuestras vidas modernas, que nos cuesta trabajo incluso pensamos que es inútil, tomarse 5 minutos para darse un tiempo para cuidar, amar, meditar e imaginar.
¡Basta de excusas!, el conectar con tu verdad te permitirá vivir de una manera más auténtica y podrás disfrutar de los beneficios de un estado emocional fuerte y un sabiduría infinita.
1. Duerme bien
Si no descansamos bien, nuestro humor, nuestra vida en general se ve afectado.
Es por eso que cuando sales por la noche y duermes pocas horas tu aspecto se ve un poco más desaliñado. Lo recomendable es tener un descanso promedio de 8 horas. Procura ser constante en la hora de ir a la cama y de despertar, tu cuerpo y rostro te lo agradecerán. Pero, si eres de los que tardan mucho en poder dormir, para ayudarte puedes usar suplementos de origen natural como: MOON, con el tu cuerpo sabrá que es momento de ir a dormir y activará ese deseo natural de ir a descansar.
2. Busca o crea grupos y espacios que te hagan sentir cómodo o fomenten tus intereses
Encontrar y tener cerca a personas que piensas y anhelan lo mismo que tu, te ayudará sentir pertenencia y que no estás solo.
3. Activa tu fe
Es muy importante creer, y lo primero que debes hacer es creer en ti. Toma la fe como una herramienta de voluntad. Las cosas no suceden solas.
4. Se empático
Todas las personas son sujetos válidos, esto quiero decir que su opinión, su voz, importa, Y la tuya también. Trata a las personas cómo te gustaría que te tratasen. Ten una charla con un adulto mayor, recuerda que las experiencias nos hacen más humildes.
5. Medita
Cuando conectas con tu poder interno, sabes cual es tu misión. Conecta con tu poder interior y lo descubrirás. Conecta con la presencia de tu poder interior, tu verdad interna, la sabiduría interna la cual almacena todas las respuestas que estás buscando en el exterior.
Y brilla desde ese lugar en tu interior sin tener que controlar nada. Aprende a fluir desde allí sintiéndote alineada con todo tu ser dejando los miedos a un lado. Inhalando y exhalando la paz que sientes cuando estás conectada con tu poder interior, tu verdad.
6. Disminuye el consumo de alcohol y cigarro
No hace falta decir que fumar y beber alcohol es perjudicial para tu salud y tu piel; también afecta a las personas que te rodean. Sabemos que puede ser difícil de dejar, pero confiamos en que sacarás la fortaleza que distingue.
¿Estás listo para comenzar?
Nosotros te ayudamos, en By The Land hemos creado fórmulas científicamente comprobadas para que puedes consumir suplementos que realmente funcionen y que al mismo tiempo sean 100% naturales. Energía, reducir el estrés, enfocarte, dormir, no importa que meta tengas.
Por Arian Ojili
Promotor, periodista y creador.
Referencias bibliográficas
https://www.psychiatrist.com/jcp/article/Pages/2016/v77n08/v77n0813.aspx
https://www.medicalnewstoday.com/mnt/releases/34870#1
http://psicogerontologia.org/wp-content/uploads/2014/05/LIBRO-LA-EXPERIENCIA-DE-ENVEJECER.pdf
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5461877/